miércoles, 29 de junio de 2016

No permitas (Permite)

Paisaje de verano con flores de amapola, de Pal Szinyei Merse

En el ancho mar.
No permitas que las frías aguas profundas congelen mi espíritu,
permite que navegue con firmeza y que mi espíritu guerrero no desfallezca.

En la pradera.
No permitas que la helada marchite mis flores,
Permite que el calor de la vida muestre mil colores.

En la ciudad.
No permitas que me arrodille en un templo ante Dios para adorarle,
permite que me incline ante el hombre para amarle.

En la vida.
No permitas que nuestra fe se ahogue dentro de las paredes del temor,
permite que sea una fe revolucionaria que camine por las fronteras.
No permitas que las heridas, fracturas y limitaciones me hagan abandonar la misión,
permite que ésta sea el fuego que inflame el mundo.
No permitas que abandone mi esencia,
permite que de ella nazca la entrega total.



jueves, 23 de junio de 2016

¿Jesucristo fue homosexual?


Tomado del evangelio apócrifo del discípulo amado.

Se acercaba la pascua y Jesús caminaba con sus amigos por la Galilea y se preparaba para ir hacia Jerusalén. Su fama ya había cruzado las fronteras. 

Un maestro de la ley enviado por los sacerdotes del templo fue a su encuentro. Jesús estaba rodeado de mujeres, de enfermos, de niños, de samaritanos y de todos aquellos que tuvieron una experiencia íntima con él o deseaban encontrarlo.                                                                                                    El maestro de la ley encaró a Jesús diciéndole: “No tienes mujer ni hijos y te llaman rabbí, estás rodeado de pecadores y te llaman el hijo de Dios, curaste al joven amante del centurión ¿eres acaso un sodomita (homosexual) o consientes la sodomía?”.

Jesús lo miró a los ojos y le replicó: “¿Dices todo esto porque curo a los enfermos, acojo a los pecadores, alivio a las mujeres y niños despreciados por el templo, muestro al Padre, entrego verdad y vida sin condiciones? Si es así ven y sígueme y no solo apreciarás lo que me dijiste y te digo sino que contemplarás el rostro de Dios y su reino.”

El maestro de la ley dio media vuelta y se marchó raudo.

viernes, 10 de junio de 2016

El discípulo amado, la ley y el amor

























Tomado del evangelio apócrifo escrito por mí en el siglo XXI.

Estaba Jesús caminando entre sus amigos cuando de pronto se le acercó el discípulo amado y desconcertado le dijo: “Jesús, la ley señala que debemos guardar el sábado como día exclusivo para alabar al todopoderoso Dios. Y me siento atado, no puedo ayudar a mi vecino que tiene a su familia enferma y necesita asistencia.”

Jesús lo miró con sumo amor y le respondió: “¿Y qué te dice a ti desde el fondo de tu corazón el Dios del Amor?” El discípulo amado no comprendía bien las palabras del maestro.
Añadió Jesús: “Solo eso te debe bastar para decidir y es en tu relación íntima con el Padre donde debes buscar.”

El discípulo amado no cumplió con la ley del sábado y salió rumbo al encuentro de su vecino.